El perfume siempre ha estado unido a la personalidad del ser humano, bien como impulsor del amor, de los recuerdos o inclusive de la obsesión y locura como le pasa al protagonista de la novela El perfume, para quien los aromas eran, la base de su existencia.

Muchas veces notamos que el mismo perfume toma formas particulares en distintas personas. Es decir, la fijación del perfume cambia; sin embargo lo cierto es que es la cantidad de agua que hay en cada tipo de piel es lo que hace que un perfume huela distinto en cada persona. Es fundamental, saber escoger uno de acuerdo a nuestros gustos y nuestra personalidad. Para aquellos y aquellas de carácter alegre, disperso y liviano lo más recomendable son las fragancias florales y frutales, para quienes son más reservados los aromas orientales combinan perfectamente, esencias dulces y cálidas para los románticos. Incluso los niños y niñas pueden usar fragancias que destaquen el brillo y la alegría, tan propias de su edad.