Lo ùltimo en Terapias Alternativas
La medicina alternativa cada vez se impone más a la tradicional. Su nombre lo indica claramente, alternativas, una forma diferente pero no exclusiva de tratamientos médicos, que difieren de la medicina en su aplicación y tiempo de dedicación al paciente. La risoterapia es una de las disciplinas alternativas para sanación con mayor éxito, que ha ido produciendo resultados sorprendentes a través de las décadas.
Actualmente, numerosos estudios han confirmado el papel enormemente positivo que tiene el buen humor sobre la salud física y psíquica. Este pensamiento no es nuevo y ya en la antigua China existía un refrán que decía: “Para estar sano, hay que reírse al menos 30 veces al día”.
Aunque puede tener varias definiciones y cada persona lo define de diferentes maneras, la risoterapia es el fortalecimiento de la salud integral en el cuerpo humano por medio de la risa. La risa como medio para percibir los acontecimientos de la vida desde perspectivas más alegres y agradables favoreciendo así, la salud y liberando el miedo y la ansiedad.
Cuando la gente ríe eleva la producción de unas hormonas conocidas como citoquinas, llamadas también hormonas felices, cuya función es fomentar la actividad dentro de los glóbulos blancos en la sangre. Éstas logran atacar de forma contundente a los organismos nocivos para nuestra salud, incluso hasta se logran destruir algunas células cancerígenas.
Tantos beneficios ha logrado esta disciplina en las personas, que algunos hospitales han decidido implantar esta técnica como parte de su atención integral y está empezando a ser aceptada como un magnífico complemento en numerosas profesiones relacionadas a la salud física o mental.
Fortalece el sistema inmunológico pues enfermos tratados con dosis constantes de risa y buen humor mejoran más rápido. Brinda mayor calidad de vida y también la prolonga. Embellece y relaja el rostro ya que, los músculos faciales se movilizan y se tonifican.
Calma el asma y las migrañas. Incrementa la capacidad pulmonar, ya que los músculos del tórax se contraen y expanden de manera que facilitan el mecanismo de la respiración. Activa el metabolismo al provocar la liberación de adrenalina, favoreciendo la pérdida de calorías.