La vuelta a lo natural, el uso de ingredientes sin aditivos, las plantas y propiedades de los aceites, se ha puesto de moda otra vez. La actual situación ha hecho que usemos productos que tenemos al alcance de la mano y que además son lo más sano y efectivo para nuestra piel. Vamos a enseñaros a elaborar mascarillas naturales caseras.

Algunas de las mascarillas cuestan tanto como un yogurt y una cucharadita de miel o tanto como las frutas utilizadas todos los días. Desde luego, no se puede comparar con el excesivo precio de los cosméticos de hoy en día que nada tienen de natural y mucho menos de productivos.

En el uso de estas recetas de mascarillas naturales caseras, se pueden abordar cuestiones tales como la sudoración excesiva, la celulitis o el acné. Podemos hacer tantas mascarillas como problemas se nos presenten. La oferta es de lo más variado, solo tenemos que cambiar los ingredientes.

Sólo tenemos que mirar en nuestra despensa o en la nevera. Podemos encontrar una manzana o un tomate para hidratar y suavizar la piel. También podemos obtener una receta natural para un cabello voluminoso con ingredientes nutritivos que, por ejemplo, utilizamos para preparar el desayuno.

Cuando compramos una crema de marca , ¿sabemos en realidad sus ingredientes? Cuando nosotros mismos, preparamos una mascarilla sabemos el resultado. Simplificar y obtener resultados más eficientes, es lo que necesitamos. Los remedios caseros para la piel han sido desde hace siglos muy utilizados por numerosas mujeres. La base de estos preparados son ingredientes comunes y plantas, con lo que su resultado es extraordinario.

Mascarilla Nutritiva

Machacamos medio aguacate con un tenedor hasta conseguir una textura bien homogénea. Como el aguacate es rico en ácidos grasos, vitaminas y minerales, no necesitaremos ningún ingrediente a mayores. Aplicamos el preparado directamente sobre el rostro y dejamos actuar hasta que notemos que se ha secado, para después aclarar con agua.

Mascarilla Limpiadora

Rallamos la piel de un limón y mezclamos con miel. La textura es algo pegajosa pero podemos calentar un poco la miel para que esté más líquida. Aplicamos la mezcla y dejamos actuar media hora, para después aclarar.