Dentro del mundo de la cosmética y el aseo personal se han estado introduciendo unas sustancias químicas que, si bien en algunas ocasiones han podido ser probadas en animales, pueden suponer un riesgo para la salud de los seres humanos.
Encontramos parabenos sintéticos en todas partes, basta ir a un supermercado y fijarse en la composición de los productos de cosmética, cremas hidratantes, antiarrugas, lociones tónicas, leches y toallitas desmaquilladoras. Los parabenos no entienden de marcas ni de precios, los podemos encontrar tanto en marcas blancas como en carísimas cremas de belleza.
Existe un número consumidores concienciados, que acuden al establecimiento especializado con la intención de adquirir unos productos muy concretos que no incidan de manera negativa en su cuerpo y aunque en general cuentan con un gran interés y aceptación por parte del consumidor, aún no se encuentran consolidados en el ámbito profesional. A pesar de todo los productos orgánicos se han postulado en el mercado como alternativa saludable.